Siempre me he preguntado en qué momento particionamos nuestra vida en una parte espiritual y otra secular. También me pregunté cómo es que creímos que las cosas de Dios no tienen lógica. Y también me ha preocupado el afán de escrituralizar las experiencias en lugar de experimentar las escrituras.
Lo digo en pretérito, pues voy encontrando explicaciones a mis cuestionantes y respuestas a mis preguntas. En gran parte se lo debo a Francis Schaeffer, que sistemáticamente lo explica en Huyendo de la razón.
Siento una sutil frustración en mi generación, y quizá debido a esas innecesarias particiones. ¡Hay que leer a Schaeffer!
Gracias Alberto Mansueti por recomendarlo.