Hay un llamamiento general y un llamamiento específico. Nuestro llamamiento general es adorar al Señor, hacer discípulos, servir a otros, etc. Nuestro llamamiento específico tiene que ver con formas particulares que Dios nos da para cumplir su llamamiento general. Por ejemplo: con jóvenes, con drogadictos, con prostitutas, etc., o también con políticos, empresarios, textileros, zapateros, etc.

TODOS tienen un llamamiento específico de Dios para sus vidas. Lo que nos toca es: 1) Descubrir ese llamamiento, 2) Entrenarnos para ese llamamiento, 3) Pelear y cumplir ese llamamiento.

CADA UNO tiene un llamamiento único y singular y tan importante como los otros llamamientos. Por lo tanto no tenemos que competir con los demás, sino ayudarnos mutuamente a cumplir nuestros llamamientos.